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TRABAJO MUNICIPAL A REALIZAR ES LO ÚNICO QUE QUEDA EN ALTE. BROWN.

lunes, marzo 3, 2008
Hay casos urgentes que atender en Alte Brown, un municipio donde durante 20 años se estuvo a la deriva, en manos de directivos políticos inescrupulosos que buscaban priorizar sus ganancias de bolsillo personales. Y no sólo de ellos, sino de un conjunto organizado de personas que funcionaba “como si fueran mafiosos” para enriquecerse mutuamente, desviando ilegalmente rentas del municipio (que eran de todos) hacia sus fines de enriquecimientos particulares, en lugar de buscar hacer obras que motivasen el crecimiento adecuado en beneficio de la mayoría de los habitantes del partido, donde muchos quedaron sumidos en la pobreza, el desánimo y la bronca. Justamente fue el voto bronca que sacó a los elementos más perniciosos de la carrera política local, por lo menos así está la situación en parte ahora. Nadie lo podía asegurar. Ni los ganadores sabían con seguridad que iban a disponer del poder. Los mafiosos lloraron el fin aparente de su impunidad. Amenazas e intento de asesinato del nuevo intendente, no les bastan. Siguen disputando el poder, intentando seguir con sus negocios, como el de la recolección de basura, ahora desde una situación algo distinta. Nuevas autoridades fueron elegidas, que ahora sufren el embate de esos que estaban, que encima dicen que no son mafiosos. Había muchas promesas incumplidas, esperanzas fallidas. Aún hay muchísimas calles de tierra. Sin agua, sin cloacas, sin gas. No se barre ni se colecta la basura, aunque pagan tasas municipales por esos servicios, que no se dan. Muchas veces las luces las ponen los vecinos. Hubo que hacer peripecias para que instalasen las bombitas depresoras de napas, que parecen de juguete, se descomponen con frecuencia, y desde el municipio aseguraban haber puesto el doble de las que realmente había. Calles de barro figuran asfaltadas por todas las ciudades del distrito, que tiene más de 600.000 habitantes. Aunque nunca lo fueron, no se puede gestionar su asfaltado “porque ya lo están”, dijeron en el municipio. Hay inundaciones por todos lados cada vez que llueve, y en lugar de buscar cómo resolverlas con obras apropiadas, gastaban nuestro dinero abultando, en grandes carteles que decían que ya no nos íbamos a inundar más, asegurando sin fundamento que habían resuelto el 90 % de los problemas de inundación en el distrito. Qué desfachatez! Tampoco se hicieron obras de base faltantes tan elementales como cloacas ni agua corriente, sí hubo en cambio reiteradas promesas siempre incumplidas. Hubo falta de previsión en las obras de zonas de alto crecimiento poblacional. Hubo ignorancia de las reglas del desarrollo establecidas previamente. Arbitrariedades flagrantes, instalación de comercios y ubicación de edificios de varios pisos en zonas no permitidas por el Código de Planeamiento Urbano. Mediante “PERMISOS ESPECIALES” propuestos por el ejecutivo y considerados sin reservas como “APROPIADOS” por el Concejo Deliberante con mayoría del sector del Partido Dominante que “condescendía” a aprobar lo que al parecer repartía los beneficios económicos (sobres con dinero no registrado) entre sus partidarios y algunos más: algo muy VERGONZOSO. La Banelquización del municipio de Alte Brown. Hubo sistemática eliminación de ciertos edificios históricos particulares tradicionales, que daban ese aire especial tan señorial que tenía Adrogué. Aun cuando sus señores ya no estuviesen, sus edificaciones residenciales eran poderoso atractivo turístico que nadie respetó, no sólo por ignorancia. Se perdió patrimonio turístico potencial, como cuando se hacen desaparecer arroyos mediante su entubado. Negociado inconducente, enterrar un arroyo. Entre las autoridades de este proyecto de municipio que se intentaba imponer, pensado con el bolsillo, no había límites. Tenían amigos en las universidades, entre la justicia, tanto de Lomas de Zamora, La Plata, la Capital y otros lugares. Era valioso Adrogué cuando se reconocía como la ciudad de los árboles. Hasta se aniquiló el bosquecito de la estación de Burzaco, pasando las topadoras municipales sobre especies añejas que había como el famoso ombú, que re-vivió y re- mataron varias veces. Si los re plantábamos iban a volverlos a sacar, dijeron desde el municipio cuando ofrecimos reparar el daño gratis. Iban a hacer más jungla de asfalto en ese sitio, precisamnente. Había un páramo del lado norte de la estación, del mismo lado de las vías, donde interpuestas 3500 firmas y un amparo, finalmente se hizo el estacionamiento de colectivos, pero los árboles añosos del bosquecito de la estación de Burzaco ya no estaban. Se realizaron obras multimillonarias que tenían costos mucho más bajos. Se puede nombrar la Plaza San Martín, la Plaza Espora, la Plaza Brown, el paso a nivel sobre la Av. San Martín, la construcción infantil inoperante en las estaciones, los reparos en las paradas de los micros, los carísimos lomos de burros inútiles sin señalizar en cada esquina, las coimas. La negación sistemática de la contaminación a la vista, los químicos de las industrias, el PCB venenoso de los transformadores, las napas que facilitaban la inundación, los enormes perjuicios al patrimonio individual y colectivo del nivel de las aguas subiendo, en complicidad con la empresa de agua de entonces. Se “permitió” y alentó la instalación de empresas industriales medianas en el distrito, con espurios permisos para contaminar, incluyendo el Parque Industrial de Alte Brown, contaminando amplios espacios cercano a centros residenciales densamente poblados, como Longchamps y Burzaco o poblados en el entorno a la vera del Arroyo Del Rey, afluente de la cuenca Matanza Riachuelo. Y al lado mismo de los barrios El Hornero y La Cumbre, donde viven cientos de familias que están sufriendo la contaminación de aire y napas, bajo frecuentes inundaciones. Sin que se inmutaran las autoridades de entonces, ni hiciesen nada por resolver el problema. Todo ésto y más: la compra de insumos municipales como el caso de los fideos para indigentes con precios inflados, desvíos de mercaderías hacia domicilios no autorizados, de gente que no precisaba todo lo que se le dejaba y se veía “obligada a proceder a comercializarlo”, restándoselo a los que lo necesitaban verdaderamente. No se permitía la investigación, no se daban las informaciones verdaderas solicitadas, espantando a quien se acercaba para saber. Se desalentaba mediante amenazas de muerte cualquier atisbo de denuncia (hay denuncias varias en Tribunales de Lomas de Zamora). Ante la indiferencia que hace pensar en complicidad y culpabilidad, se amenazó y mató gente por diferencias de opinión en el municipio (caso Nehuel Iraizoz y otros). A los industriales se les recomendaba contaminar sólo de noche, para que la gente no se diera cuenta de humos y efluentes con ácidos y metales pesados. Igual se enfermaban los pobladores.En los barrios periféricos la situación era peor. La gente sumida en la pobreza, la desesperanza y la inacción, veía que se le escatimaba hasta el agua, se la estaba contaminando con toda clase de basurales clandestinos, sin servicios por los que igualente debía pagar. Chicos jugando en las parvas de basura. Estragos la droga por la pobreza y la ignorancia, con flagrante complicidad oficial. Nombrando candidatos títeres como Marucco y Rodríguez, el plan de apropiación particular del Municipio de Alte Brown continuaba. Fueron 20 años insufribles. Las promesas de los nuevos candidatos, aunque no se iban a cumplir, esperanzaban a los votantes que elegían la nueva oferta, creyendo que mejoraría la situación, ignorando el siniestro plan de beneficios en pocas manos.

En el Parque Industrial de Burzaco, hasta los postes con carteles indicativos de las calles deben recambiarse periódicamente porque se degradan por la lluvia ácida como si estuvieran en la orilla del mar y se vieran afectados por el salitre.

Hubo que soportar el manejo de la propia familia en el poder de negocios municipales como el relevamiento y cobranza de la publicidad en frentes de comercios y carteles que fue tercerizado. Había compras con sobreprecios, no sólo mientras el comprador oficial era el mismo que le vendía al municipio. Atropellos y otras enormes injusticias, apoyadas por una sarta de interesados, cómplices y obsecuentes. Hijos del ex intendente devenido en Diputado Nacional se desarrollaron comercialmente también camuflados en el “servicio activo” del municipio. Uno era posible dueño declarado de la empresa particular que relevaba y verificaba carteles y marquesuinas de todo el municipio. En ella cuyo único domicilio inicial era en el propio municipio, trabajaban pasantes y voluntarios estudiantes de la Universidad de Lomas. Otro testaferro. Él mismo dijo a la prensa en entrevistas periodísticas locales que tenía “en el bolsillo” mil cuatrocientas organizaciones no gubernamentales del distrito. Cómplices de lo que sucedió, del vaciamiento, de compras orientadas con inacción municipal que generaba superávit en medio de la pobreza, muchos empleados ahora reclaman por sus privilegios como si fueran derechos y desparraman desinformaciones pretendiendo decir que los que les siguen son iguales a ellos. Estaríamos perdidos. Debemos apostar a un cambio verdadero. A la honestidad, a la eficiencia, a la eficacia en la administración del Municipio de Alte Brown. Una empresa de custodios, de su propiedad, cubre casi todo lo que pertenece al municipio. Una empresa de desratización, fumigaciones y desinfección, usando a veces insumos del municipio con fines particulares, sería del mismo que era encargado de medio ambiente.
Pedimos ayuda inmediata, la participación de todos ahora es necesaria. Reunir informaciones, es el principio para saber. Construyamos un municipio acorde a nuestras necesidades y deseos. Trabajemos juntos por el bien común. El municipio es de todos, es también nuestro, de ninguna manera puede permitirse que otros nuevamente se adueñen de sus recursos. La transparencia en las compras, la participación ciudadana son necesarias. La base del progreso de nuestros hijos, de nuestro futuro, está aquí.

Investigaciones en curso,Prensa FILATINA.