Justicia lenta, tardía, inoperante, es injusticia.

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Primer Congreso Latinoamericano

sobre Trata y Tráfico de Personas.                     

                                                             

                      Buenos Aires, 4-5-6 de junio de 2008. Argentina.

 

Ficha de Inscripción para asistentes con ponencias.

 

Nombre: Pablo Luis  Apellido:. Caballero. Correo electrónico:.pabloluiscaballero@yahoo.com.ar País: Argentina Organización: Fundación Integradora Latinoamericana Ambiental FILATINA Blog: www.filatina.wordpress.com

 

Título: La trata de personas como esclavas es una consecuencia de decisiones de las autoridades políticas.

 

Eje temático:

 

Es un problema político, de administración de justicia, de legislación adecuada. Todo aquí parece fallar.

Trata de blancas, se llamaba, tal vez porque si eran morochas no estaban incluidas entre las personas. Hoy son personas quienes son secuestradas por organizaciones y son incorporadas para ejercer la prostitución, las usan, y “funcionan como máquinas impersonales e intemporales” en lugares donde se practica sin pensarlo mucho, la prostitución, una “profesión” que tiene antigüedad y aceptación entre los involucrados como para que (entre ellos) se la considere admisible. Hay antecedentes que convalidan tangencialmente esta actitud de secuestrar personas, y cuando lo hacen, las obligan a ejercer la prostitución en beneficio de terceros, una más de las diferentes esclavitudes que aun son ejercidas en el Siglo XXI.

La oferta de sexo callejera, es promocionada a sabiendas hasta en diarios usualmente considerados de primera línea como Ámbito Financiero, Clarín, y otros, o mediante la promoción visible y al alcance de la mano de autoridades de todo tipo y policía, en los teléfonos públicos de las ciudades principales de cualquier país, bajo el frecuente disfraz indisimulado de “oferta de masajes”.

Se ofrecen principalmente mujeres en los acápites ya conocidos donde los usuarios de esa clase de servicio de sexo las van a buscar, eligiendo conforme a la publicidad, por descripciones de tamaños, con frecuentes ponderaciones del atractivo de senos y traseros, a veces con fotos claramente demostrativas por si la imaginación de la persona no se exacerbase suficiente o ilustrase con las flagrantes descripciones del atractivo sexual: se incluye ponderado el servicio de sexo explícito de todas clases, oral, anal, vaginal, 2 x 1, gay, lésbico y demás. Hay promociones, oportunidades, descuentos, ofertas de NUEVOS PLANTELES como si se tratase de gallinas, sin intención de mencionar cuadro futbolero alguno. 

Programas como el de Tinelli, que año tras año gana en rating a todos los demás, muestra no sólo desnudos pasándolos por primerísimo plano en las narices por las pantallas de cualquier hogar, en horario de la cena, sino que muestra también las preferencias de un pueblo otrora de cierta cultura de nivel medio, que antes era posible considerar vanguardia culturosa de América Latina, pero cuyo diario de mayor circulación desde hace años es el Olé. Hasta Chiche Helblung hizo programas de comparación de culos y tetas de mujeres, cuyas posiciones provocativas muestran a las claras su propia intención de promocionarse exhibiendo ciertas partes sobre otras de no siempre similar atractivo televidente.

Hoy si me presentan a una mujer que usualmente sale en televisión, para reconocerla no le puedo mirar la cara, a menos que sea Mirta Legrand, Susana Jiménez, Nadia y otras pocas… Qué es lo que habría que mirar no es necesario explicarlo y en eso radica en parte, a nuestro criterio, una parte de la esencia del problema.

No es lo mismo libertad de elección de preferencias sexuales que promocionar los servicios sexuales de preferencia en los diarios, cuando se está favoreciendo así el disfraz por inclusión de otra prostitución que es obligada, a la que podemos llamar esclava, y que tanto como la prostitución a que la persona que “se presta y acepta”, es sin duda una humillación de la condición humana, un subempleo, una ocupación de la sempiterna era de la desocupación, de la subocupación, de la falta de capacitación para otra cosa, y de la no intervención del estado para hacer accesible en cambio otra tarea que sea bien remunerada para la persona que no se siente conforme consigo misma, y es de esa manera que se prostituye.

Sexo por plata, no debería ser la preferencia de calidad de vida de cualquier persona que tiene acceso a otras posibilidades de desarrollo económico o personal. Pero se apuesta a la liberalidad sexual. Ya desde la escuela, falla la ley, cuando desde una visión académica, profesores NO CAPACITADOS, deben obligatoriamente dar clase de educación sexual, con todo tipo de divagues. Inclusive mediante demostraciones en público en el aula, que luego se limitaron, pero eran un método didáctico más, adoptado por los educadores en ciertos colegios secundarios y festejado por más de un educando, hasta que se destapó la olla.

Oleadas de abusadores son cada vez más frecuentemente descubiertas por investigaciones bienvenidas, pero se carece de métodos efectivos de oportuna prevención. Se apuesta a la liberalidad sexual también cuando desde colegios y organizaciones religiosas se invita a la abstinencia y conservación de la virginidad a ultranza, hasta edades cuasi avanzadas.

Si bien no hay criterios rígidos al respecto, se sabe que la iniciación transcurre cada vez a más temprana edad, y no haber debutado se reconoce como un motivo de burla y desprecio entre los adolescentes de cualquier edad.

Se apuesta a la liberalidad sexual, cuando los padres no están capacitados para dar explicaciones acertadas a sus hijos e hijas, porque no conocen las respuestas o porque creen que mostrarse como o ser cómplices de sus hijos es lo mejor. También cuando alguien lleva con alegría a debutar a un hijo varón con una prostituta, diciéndole como en la película “ahora ya sos un hombre hijo mío”, pero se evita que debuten así las hijas, jugando a la inmediata persecución del noviecito que supieron conseguir.

Se promociona el sexo desde las tapas de todas las revistas de actualidad, y se ha desplazado la cultura de la información, los lindos rostros y la educación, por trastes rimbombantes atractivos en posiciones provocativas de sexo casi explícito, apenas tapando lo indispensable para cumplir con permisivas reglas de la industria gráfica o televisiva, que encima consideran cercenantes de sus derechos de publicar más. Es que los medios masivos de comunicación, concentrados en pocas manos, accediendo a nuestro pesar de lo que se trata de evitar: el oligopolio, finalmente han confesado sacándose sus caretas que no están para decir la verdad sino para ganar dinero. El jefe de editoriales de La Nación, el jefe de redacción de El Clarín, la dueña 2ª del diario El Día, reconocieron públicamente esta verdad de perogrullo, en el panel de prensa del Seminario de Participación Ciudadana y la Política, que a invitación de la Dra Giannetasio, entonces vice gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, ofreció en la Cámara de Diputados de La Plata. Allí se dijo muy claramente en otras palabras que LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA NO ES NECESARIA NI CONVENIENTE, YA QUE LA GENTE ES TAN BRUTA QUE NECESITA QUIENES DECIDAN POR ELLOS, Y PARA ESO ESTÁN LOS POLÍTICOS. Es por esto que CON ELLOS NO PODEMOS CONTAR: MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN Y EN GENERAL LOS POLÍTICOS POR ESENCIA SON POR LO MENOS IRRESPETUOSOS DE LA VERDAD.

Todo esto, se dijo, es responsabilidad del ciudadano o del lector, que da rienda suelta a sus preferencias livianas, eligiendo a sus autoridades y a sus medios de comunicación masiva, pero también de los medios de comunicación cuasi masivos como ciertas revistas, que desperdician su “papel” de potencial regidor de la formación vital del ser ciudadano y deberían ser formadoras de su opinión. Malogran de este modo un comportamiento social que se parece cada vez más al de aquellos países titulados como MÁS ADELANTADOS en libertades a ultranza, donde hasta las drogas se ofrecen con mayor impunidad. La Argentina no se debería enorgullecer en imitar, por su libertinaje y permisividad a ultranza, porque raya en la promiscuidad ostentada y admitida, que es lo que querríamos ahora intentar erradicar.

No se trata de imponer leyes que “moralicen el comportamiento” de acuerdo a normas importadas, sino de incorporar límites al comportamiento para no desembocar en el estado actual, que ha pasado de lo permisible, al abuso, a lo inconsistente a lo irracional, llevándole problema integral a límites inadmisibles, tan ilegales como imposibles de tolerar.

Basados en que lo que no se solicita no se vende, tratamos no sólo de demostrar que hay trata de personas porque es negocio, sino porque hay clientes para esa oferta. Esos clientes son cómplices, por acción u omisión. No pueden decir que no saben que la prostitución incluye el manejo abusivo de personas, incluye el dominio del dinero sobre la integridad individual. Es como una coima para prostituirse uno mismo.

Está en la esfera oficial la capacidad de evitar estos problemas, que tienen raigambre entre la policía y el poder judicial, usuales o potenciales clientes del gran negocio infernal que es la trata de personas, cuando no sus socios, instigadores, cómplices, organizadores o promotores.

Desde la proliferación en Kioscos e Internet de entretenidos videos light de desnudos y coitos en todas las formas posibles, hasta la permisiva ostentación de esos videos pornográficos en cualquier kiosco de toda la capital, que se ven en todo horario, más la aparición de trastes de mujeres bien dotadas en toda posición, incitante, atractiva, desafiante. Así como en los programas catapultados como los de mayor rating, más en los bailes televisados de ropas ligeras de mujeres de abundantes exhuberancias bien mostradas, cuyas partes son ocultas sólo al sentarse, son escenas largas ex-profeso en primerísimos planos, revoleando sus dotadas tretas no siempre naturales y sus traseros también con siliconas, hasta en los programas de sus obsecuentes repetidores muy persistentes, reiterando las escenas que encuentran más llamativas, a toda hora todos los días, intentando recoger algo del rating del programa original. Es más: hoy la oferta de culos ostentados por mujeres elegidas, a veces muy bonitas, otras no tanto, no siempre jóvenes, no siempre las más atractivas, a veces exuberantes, pulposas a regordetas, pero siempre bien pagadas al figurar en las tapas de las más renombradas revistas en las que se esperaba información, porque son exhibidas en todos los kioscos del país, despierta una necesidad adicional de satisfacción sexual que no siempre se encuentra o se puede encaminar en casa, comparando por cantidad o calidad, como si la pareja se eligiese por peso, y  por ende en ciertos casos una solución es buscada en otros sitios que incluyen los lugares de oferta de servicio sexual, que así proliferan. Si no se encuentran más voluntarias para ese negocio, se incorporan entonces mujeres a la fuerza, convencidas, artificialmente estimuladas, incentivadas, tentadas, o raptadas, a veces drogadas, casi siempre mantenidas por la fuerza, a veces en la convicción inculcada de que es su propia preferencia o conveniencia, que es su destino, o que ellas deben salvar a su familia de represalias potenciales de sus mismos secuestradores que las amenazan.

Por eso la breve tesis del presente trabajo radica en mostrar que el remanido problema, sigue siendo la permisividad social, la falta de justicia, de igualdad, de acceso a la información y capacitación de buen nivel, de oportunidades laborales, y muchas otras cosas que “los especialistas” deben tener en consideración inclusive con la defensa de los entendibles reclamos de derechos de las trabajadoras sexuales, que más allá de sus preferencias y necesidades económicas, suelen no estar en plenitud de sus cabales cuando eligen (no por cierta clase de locura sino por un comprensible estado de necesidad y urgencias que determina su elección) a veces por falta de otras posibilidades por limitaciones personales y otras por falta de aceptables condiciones laborales alternativas.

La policía, los fiscales, los jueces, las autoridades Municipales, Provinciales, Nacionales, del Ministerio del Interior, de Educación, de Trabajo, de Salud, de Justicia, deberían tomar cartas en el asunto, acabar con la impunidad con que se tratan estos temas, pero no seguir actuando como instigadores, cómplices ni administradores de la cosa.

Y sobre todo, es una responsabilidad ciudadana, que requiere la madurez de auto-limitar lo que produce efectos tan perniciosos, reconocidamente adversos, entre los que se encuentran la liberalización del uso de las drogas y la de la prostitución. Es contradictoria y permisiva la razón por la cual se permite la tenencia de drogas PARA USO PERSONAL, con la prohibición del tráfico, ya que no se puede acceder a uso personal si no hay tráfico. No se pueden comprar por suerte, esas drogas adictivas y dañinas, estupefacientes, en las farmacias, sin indicación médica por enfermedad.

 

Hace poco un juez cuyo nombre vale la pena olvidar, condenó a muchas personas a la esclavitud, al aceptar que esa condición era una costumbre incorporada entre quienes oficiaban de esclavos. Insensatez tamaño pocas veces vista. No debería seguir siendo juez. Es uno más de los múltiples ejemplos que nos da el poder, de lo que hace al respecto.

Otros casos es posible nombrar, desde que en los 90 se debieron cerrar tantas fábricas, cerrando sin necesidad tantos tramos del ferrocarril que unía a ciudades que quedaron fantasmas. Tanta gente quedó sin trabajo, ni posibilidades de elección. Listos para aceptar cualquier cosa que pareciera trabajo, y se considerase honesto. No querían como hicieron muchos otros, vender drogas o salir a robar.

Hace 4 años que trabajadores del ferrocarril limpian los baños de las estaciones esperando que el usuario ponga después una moneda. La empresa los considera “voluntarios”, les hace firmar un contrato de compromiso, sin darles copia, sin otorgarles sueldo, ni servicios sociales, ni aguinaldo ni vacaciones, pero tampoco guantes, delantal, protecciones necesarias para un trabajo de esa clase, pero tampoco trapos de limpieza o de piso, ni secadores, desinfectantes, desodorizantes, escoba o cepillo, estando obligados a trabajar hasta 16 horas por día hasta los domingos para llevar escasos pesos a su casa. Denuncias hechas durante años al ferrocarril por nuestra organización FILATINA, así como a su cómplice el ente regulador CNRT, a la ANSES , al Ministerio del Interior, al de Trabajo de Nación y Provincia de Buenos Aires, al Ministerio de Salud, al de Ambiente, y al mismo Presidente de la Nación no fueron suficientes. La esclavitud no es solamente de trabajadores sexuales secuestrados en este país: nos estamos convirtiendo en un País donde los jefes de este Ayllú parecen haber determinado que de a poco muchos más seremos esclavos.

Hay larga lista de injusticias pendientes en nuestro país. No hablamos ya de las barbaridades de estos años, de la matanza de personas para quedarse con sus tierras en las provincias de Chaco, Salta, Santiago del Estero y Formosa, ni del trabajo infantil de las tabacaleras que dejan a los niños de 14 estupefactos por las emanaciones de nicotina de las hojas del tabaco durante su trabajo desde los 5 años, con permiso de los padres, que cobran centavos por día, ni de la explotación infantil atroz organizada llamada pedofilia, ni de la barbaridad admitida que es llamada TURISMO SEXUAL, ni siquiera más allá, lo de los niños desaparecidos durante la dictadura, otra forma de exculcar derechos humanos, porque éstos ahora se tienen defensoras de calidad, que sentaron precedente a nivel mundial y hasta modernos métodos de certificación de hallazgos para solucionar casos complejos. Sólo se hizo una ley para la cobranza rápida de alquileres atrasados, o el juicio ejecutivo de consorcios, pero no se agregó agilidad a otros rubros en que debe intervenir la justicia. Hablamos aquí de casos cuya justicia demandó 30 larguísimos años y continúa muy  dubitativa, atendiendo a discusiones de si corresponde o no juzgar represores, torturadores y asesinos, insistiendo en que los hubo en ambos bandos, como si se siguiese sin entender que en un bando estaban fuera de la ley y en el otro, se suponía que se la estaba defendiendo, no pudiendo juzgarse igual, ni tenerse más complacencia como para considerar tanta demora. La verdadera justicia debe ser entre otras cosas, oportuna. Y con esta justicia dubitativa debemos enfrentar casos de desaparición, de esclavitud, de tremendas injusticias, por eso sentimos que no se tienen los medios para enfrentar la verdad, para descubrir y luchar contra organizaciones mafiosas, dudamos de la voluntad institucional de llegar hasta el principio donde se encuentra la verdadera solución de las cosas. Hay quien mató pero luego pasó treinta largos años de impunidad antes de sentarse en el banquillo de los acusados. Festejamos que suceda hoy, pero no alcanza. Debe ser ejemplo que cunda y urgente haga ágil a la justicia argentina. Hemos presenciado la desaparición definitiva de testigos en nuestras narices, mostrando la falta de profesionalismo y criterio de quienes nos deberían defender. Inclusive recién ahora se muestran públicamente documentos que en los 50 demuestran las matanzas impunes de gente desarmada en Plaza de Mayo con bombardeos desde aviones de la Marina que entonces se creía gloriosa. Ahora recién se habla de juzgar asesinatos cometidos por la triple A, organización clandestina bajo el dominio de López Rega, el secretario de presidencia, reconocida a voces en la época en que se digitaba quienes debían desaparecer desde las esferas del mismísimo gobierno nacional democrático constituido, situación desde la que pasaron nada menos que 35 años! Así actúa en muchos casos antes la justicia divina que llama al descanso eterno por la edad, que la que debe ser impuesta por los hombres y mujeres que eligieron convivir en un país para todos, con orden, legalidad y … justicia.

Pasando por las impunidades decretadas por los ex presidentes democráticos Alfonsín y Menem, integrantes votados por apabullantes mayorías en cada caso, pero que no supieron comprender el valor de sus mandatos, y leyes de punto final y obediencia debida mediante, o por la impunidad que brinda un inexplicable indulto, no fueron dignos representantes del mandato popular por el cual los responsables de asesinatos, torturas, desapariciones de todos los bandos deberían estar en el lugar de ignominia que les corresponde: la cárcel común, como indican la constitución nacional y los códigos vigentes.

Hablamos sí de la enorme cantidad de niñas desaparecidas en los últimos años, datos que son difundidos en los tiempos televisivos que sobran, en los más tristes horarios de madrugada, que se anuncian como buscando lánguidamente, en muy breve tiempo como para anotar, con teléfonos diferentes imposibles de atender en el tiempo de la publicación, una persona que sepa aportar datos. Bajo el título vergonzante de DESAPARICIÓN DE PERSONAS, se muestra un desfile de fotos con pocos datos, generalmente jóvenes de 16 años en adelante, de 1,65 m, tez trigueña, desaparecida en las provincias que llamamos el interior, como si la capital fuera el exterior. La cantidad de éxitos entre estas búsquedas es todavía insignificante.

Otras injusticias se cometen en el país. Como cuando se prolongó la edad para la jubilación hasta los 60 y 65 años, sin consultar a los perjudicados, cuando tenían contrato preestablecido para pagar durante 30 años, y jubilarse a una edad, se les prolongó 5 años esa edad, una larga espera para percibir el “beneficio”, que a veces no se llega a recibir…Así también al abonar a los jubilados se escatima, más allá de ciertas irrazonables jubilaciones de privilegio, y disminuyó el monto que debía realmente percibirse. Tampoco consultaron al confiscar para resarcir a los bancos, estafa en que terminó literalmente robándose millones de dólares que estaban depositados por ahorristas que habían confiado en el país, en el llamado el corralito.

El tema del campo en cierto aspecto es similar. Ahora se intenta extraer del campo ganancias finalmente logradas, por la recomendada asociatividad. No se consulta a las personas involucradas. Ellas sembraron unificando campos, conformando polos productivos llamados consorcios, que lograron rentabilidad creciente, bajo las reglas de juego a que se los expuso, mediante la valorización del precio del producto, logrando sembrar mayores extensiones con riesgosos contratos con muchos propietarios, como se haría con una sociedad anónima legal o una cooperativa, que felizmente dieron buenos resultados, mientras otras formas tradicionales de producción hacían a los productores más pequeños fundirse, calculando costos y ganancias, con balanza no siempre inclinada a favor. Se sabe que el trabajo de campo es esforzado, que hay que prever y sobre todo arriesgar. Que hay años proclives en que se gana pero a veces no alcanza para compensar otros negativos. Que otros países reciben enormes subsidios para la producción agropecuaria, no comparables al de los precios menguados ni a los precios de combustibles subsidiados que aparecen para emparchar. Nosotros estuvimos en contra del monocultivo, a favor de la biodiversidad. Estuvimos en contra de los desmontes, de la desaparición de bosques, de espacios verdes, de naturaleza viva. Estamos en contra de la contaminación, de la tala, de los agroquímicos utilizados inescrupulosamente, de los vertidos en ríos, arroyos y napas. Nada de eso defendió entonces el gobierno nacional, ni las organizaciones gubernamentales del ambiente, ni casi nadie. Pero ahora viene a despojar a los productores ya acosados desde antes por los impuestos, de sus ganancias. Es como si a quien jugó y sacó la lotería, de aquello que no se le saca por impuestos ya, se le pretendiese extirpar un 33 % adicional, ¡por considerarlo ganancia exagerada!

No se hace nada similar con los impuestos de exportación y cobro de minerales, que se llevan fuera del país SIN PAGAR. Tampoco se regulariza el problema de la pesca, nada se sabe de extranjeros pescando ni de quiénes están usufructuando el negocio de apropiarse de la riqueza ictícola, mientras se desperdicia por permitir la contaminación el patrimonio nacional de los ríos, lagos, arroyos y embalses.

Así como en el caso de la jubilación, así como con el dinero conculcado del corralito, se debe consultar al soberano. No se puede seguir robando a la gente. Se debe decir: hay precios altos ahora, los que quieran sembrar soja, de ahora en adelante deberán, en la siguiente cosecha, enfrentar impuestos de un nuevo orden, pero no una vez que el otro ya hizo el trabajo, que el otro ya corrió el riesgo, que ya calculó sus ganancias y pérdidas, venir a intentar sacarle parte importante de los frutos de su propiedad. Eso es injusticia, y nada tiene que ver con las explicaciones tardías que se dan, de que son terratenientes, que intentan golpe de estado, que no son populares, que el dólar se mantuvo a más de tres, que son consorcios de producción y todas esas cosas que se dicen que nada tienen que ver con razones para que el estado nacional robe a los ciudadanos lo que les pertenece.

Es como decir que a las niñas robadas se les hace un beneficio porque así pueden ganar más plata y de otra manera tal vez estarían sumidas en la pobreza sin  recibir los beneficios del robo del que se las hizo inconsultas víctimas.                                                                                 

 

                                                              Pablo Luis Caballero.doc

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